domingo, 16 de febrero de 2014

Bizcocho esponjoso de naranjas confitadas (sin gluten ni lactosa)


Mi amiga Vero tiene una vecina cuyo novio es celiaco y muy goloso. Hace poco fue su cumpleaños, y le comentó a Vero que no podía celebrar una merienda dulce porque no encontraba donde comprar una tarta sin gluten. Vero le recomendó mi blog, pero ella no es muy cocinitas, por lo que se puso en contacto conmigo y me encargó una bizcocho. Le avisé de que mis bizcochos y tartas no son tan espectaculares como mucha gente las hace, con fondant, buttercream, de diseños imposibles... pero ella precisamente lo que buscaba era algo casero y rico, y ahí no me gana nadie, jeje. Las condiciones eran, que fueran sin gluten, sin lactosa, sin chocolate y con azúcar. Así que, de mis entradas antiguas, le dije que buscara una que más o menos le gustara y eligió el "Bizcocho vegano de naranja y chocolate", al cual le hice unas modificaciones para adaptarme al encargo. La verdad es que, al final, no tenían que ver uno con el otro pero, igualmente, ambos salieron buenísimos. He de decir que las fotos no le hacen justicia al bizcocho en realidad. Aquí, por la luz, parece un pelín quemado, pero nada que ver.
 

Ingredientes:

  • 200 g de harina de arroz
  • 100 g de almidón de maíz (maizena)
  • 100 g de azúcar + azúcar glas para decorar + 3 cucharadas para caramelizar + 3 cucharadas para macerar
  • 1 huevo grande
  • 50 ml de aceite de girasol (u oliva)
  • 1 sobre de levadura química
  • 300 ml de zumo de naranja recién exprimido
  • 6 rodajas de naranjas peladas
  • La cáscara de una naranja (sin lo blanco)
  • Agua
Lo primero que haremos es poner a macerar las rodajas de naranjas con 2 o tres cucharadas de azúcar, y las dejamos 2 horas, dándoles la vuelta de vez en cuando para que todas tomen el azúcar.
Seguidamente, ponemos los ingredientes líquidos en un vaso de batidora, junto con el huevo.  Añadimos, seguidamente, las harinas tamizadas y agregándolas poco a poco, el azúcar y la levadura y mezclamos muy bien.
Engrasamos con mantequilla o aceite un molde. Yo usé uno de plum cake que admite casi 1 kg de masa. Precalentamos el horno a 180 º, con calor arriba y abajo y ponemos la bandeja en la posición que deja la segunda ranura empezando por abajo.
Se vierte la mezcla en el molde. Se ponen, con mucho cuidado las rodajas de naranjas maceradas en el azúcar. He de confesar que este paso lo hice para hacer la decoración del bizcocho, como el que hice vegano, pero la masa de éste quedó más líquida y vi con horror como se hundían en ella.
Después pensé en decorar con las virutas de cáscara de naranja y que, una vez que se corte el bizcocho, serían una grata sorpresa el encontrarlas, por lo que me alegré de mi "error".
Cuando el horno alcance la temperatura deseada, se mete el molde y se deja solo calor abajo, horneando por un tiempo aproximado de 30 minutos. Recordad no abrir el horno durante ese tiempo y que podéis comprobar si el bizcocho está ya echo si lo pinchamos y el palillo sale seco.
Un vez terminada su cocción, se saca del horno y se pone a enfriar en una rejilla.
Mientras podemos hacer las virutas de cáscara de naranja. Se lava muy bien la naranja y, con un pelador de patatas, se van sacando virutas con mucho cuidado de no llevar la parte blanca, ya que amargaría. Quedan mucho más bonito sacar rodajas en círculo y largas, pero yo, sinceramente, no lo conseguí. La cantidad depende del tamaño del bizcocho y de cuanto queramos cubrirlo.
En un cazo, se calienta unos 100 ml de agua, 3 cucharadas de azúcar y se ponen las cáscaras, removiendo para que se empapen bien. Se espera a que se vaya consumiendo el agua y, antes de que se quede seco del todo, se sacan las virutas. Os recomiendo que esto sea inmediatamente antes de decorar el bizcocho, ya que de lo contrario se enfriarán y se quedarán muy duras.
Yo, por tanto, una vez frio el bizcocho, lo tamicé con azúcar glas y le puse las virutas por encima.
El resultado es espectacular.
Lo malo es que solo tengo fotos de fuera, ya que no estuve presente cuando se cortó. Solo decir que Maite me felicitó, dijo que estaba super esponjoso, con un sabor a naranja riquísimo y que encantó a su celiaco y a todos los invitados, así que yo más satisfecha aún que si me lo hubiera comido enterito yo solita ;-).

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